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jueves, 25 de abril de 2013

tuvo que reconocer que se equivocó. Romero convocó a la prensa "tuvimos que ejercer presión sobre la Policía para obtener resultados. Presenta al "sicario boliviano" que resultó asesino sin patrón.


El ministro de Gobierno, Carlos Romero, admitió que en el último tiempo su autoridad presionó a la Policía boliviana por lograr con el paradero del asesino de Honorio Rodríguez el 15 de abril en la capital cruceña. Romero presentó (tres días después) a un brasileño como el presunto autor del crimen; sin embargo, una semana más tarde se comprobó que el extranjero no cometió el delito.


“El ministro de Gobierno ha pecado de excesos en cuanto a las exigencias a la Policía boliviana”, respondió Romero este jueves cuando se le consultó por la situación del brasileño Adao Nilson Souza Silva. El hombre fue capturado por la avenida Cañoto (primer anillo) y presentado ante los medios de comunicación como el principal sospechoso del asesinato del beniano Rodríguez.
“Muchas veces el ministro, el viceministro presionamos excesivamente a la Policía boliviana porque queremos resultados inmediatos y es obvio que la Policía no ha cotejado otros elementos para producir evidencias que sean absolutamente incontrastables”, justificó la autoridad. El detenido increpó a Romero delante de los periodistas la noche de su captura. “Por qué me quiere incriminar doctor por un delito que no cometí. Yo recién salí de la cárcel”, dijo el hombre antes de ser retirado por oficiales de policías.
Según Romero, al brasileño no se le incriminó el delito durante la presentación pública, sino que en esa oportunidad se presentó el caso como parte de un campo investigativo. “Es una persona (Souza Silva) que quiere rehacer su vida. Señaló que fue una vida muy dura la que vivió en Palmasola”, afirmó la autoridad de Estado.
En los últimos días, las autoridades judiciales ordenaron la libertad de Souza Silva, por no encontrar pruebas por el delito que lo detuvieron.
Esmir Cortez - EL DEBER Digital