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sábado, 7 de octubre de 2017

entidades de control financiero como ASFI y la UIF no sólo deberían "ver la parte delincuencial" sino el mal manejo de los recursos del Estado dentro de los Bancos que manejan las cuentas públicas. sin duda que superan los dos casos concretos denunciados. El Deber.SC.

Dos escandalosos desfalcos financieros determinan que los controles establecidos internamente en las entidades afectadas estén interpelados y deban responder por qué el sistema ha sido perforado y ahora se deba lamentar una millonaria pérdida económica. En el primer caso, el jefe de operaciones de una agencia provincial del estatal Banco Unión declaró haber desviado Bs 20 millones; después de las indagaciones, se supo que la cifra asciende a Bs 37,6 millones. El robo comenzó en diciembre con Bs 20.000; cuando este funcionario vio que podía seguir extrayendo cuantiosas sumas porque no existían los controles adecuados y ‘nadie’ se daba cuenta del ilícito, siguió haciéndolo hasta llegar a la cifra mencionada. Ahora, las indagaciones señalan que hay 18 funcionarios involucrados y ya rodó la cabeza de un gerente nacional, que también está investigado. 

La figura es muy grave tomando en cuenta que el Banco Unión ni siquiera tenía claro que la cifra era millonaria, ya que, según los primeros registros, la entidad financiera solo registraba una pérdida de Bs 480.000. El Banco Unión es la entidad estatal que está entre las más grandes financieras de Bolivia y en él se opera con el dinero de todos los bolivianos, lo que convierte el hecho en algo intolerable. 

No es el único caso, ya que en las últimas horas se ha sabido de otro desfalco, en Prodem, otra entidad financiera. Hasta el momento, un funcionario ha sido detenido y acusado de apropiarse de $us 9.000 y Bs 200.000. Hasta el momento no hay mayor información al respecto.
Los hechos alertaron a empresarios privados, quienes consideran que para ellos hay una sobrerregulación, controles permanentes y muy estrictos, pero no pasa lo mismo con las entidades que dependen del Estado, como en el caso del Banco Unión. Por otro lado, se abre un boquete en la confianza ciudadana, que es fundamental cuando se habla del manejo de los recursos económicos. Ya en Bolivia hubo experiencias amargas y nadie quiere que se repitan bajo ninguna modalidad.

La ASFI y la UIF están llamadas a investigar, aclarar y ejercer control eficiente sobre las entidades financieras públicas y privadas. Por su parte, el Banco Unión debe dar explicaciones y generar los cambios que sean necesarios para recuperar la fe de los bolivianos. No se debe permitir que el dinero del Estado sea vulnerable al mal manejo interno. A su vez, el Ministerio Público tiene que hacer una investigación profunda y objetiva, de manera que el país sepa quiénes son todos los responsables y que se castigue a todos los involucrados, así sean del más alto nivel ejecutivo.