Evo Morales se juega por Nicolás Maduro


Hernán Maldonado*


El presidente Evo Morales, ya sea por agradecimiento, por afinidad ideológica, o porque no sabe lo que hace, resolvió jugar todas sus cartas apoyando a Nicolás Maduro, aun a costa de perder valiosos aliados dentro de la Organización de los Estados Americanos, el ente que en 1979 le dio su respaldo a la causa marítima boliviana.

No es ningún secreto que hace 13 años Fidel Castro le pidió a Hugo Chávez (por entonces ansioso por comprar lealtades para erigirse en líder continental) financiara al dirigente cocalero, aprovechando -entre otras cosas- que en Bolivia causó repudio la grosera intromisión del embajador estadounidense Manuel Rocha.

Los petrodólares sirvieron para montar una maquinaria electoral sin paralelo en la historia política boliviana. No hubo pueblo, por pequeño que sea, en ser atiborrado de propaganda del Movimiento al Socialismo. El caudillo cocalero fue elegido dos años después con un porcentaje jamás alcanzado en Bolivia por otro político.

Parecía inconcebible que hombre con lecturas elementales y apenas curtido en el sindicalismo, que lo llevó en el cuatrienio precedente a la cámara de diputados, pudiera convertirse en Presidente de Bolivia. Pero… El G2 cubano se encargó de su seguridad desde las sombras, mientras los venezolanos fueron los que daban la cara.

Chávez envió un fuerte contingente militar al Beni so pretexto de construir una carretera. (¡Nadie derrocará al indio!, prometió). El embajador venezolano era el hombre de confianza de Morales. Chávez, en la primera visita que le hizo el cocalero a Caracas, le obsequió en cadena nacional de radio y TV, $30 millones. ¿Va a ser mensual?, le preguntó cínicamente Morales.

Cuando 5 departamentos se mostraron opositores a su gobierno y temiendo un Golpe de Estado (al asumir, Morales eliminó a las dos promociones que debían comandar las Fuerzas Armadas) le obsequió otros $5 millones para que los militares “repararan” sus cuarteles. (Dineros malversados por militares que hasta hoy son investigados). En realidad fueron petrodólares para comprar lealtades.

El sátrapa venezolano también envió a Morales miles de barriles de diesel para tranquilizar a la burguesía agrícola-ganadera de Santa Cruz. ¿A cuánto asciende esa deuda? Después le obsequió 70 ambulancias, las cuales fueron mostradas en la pista atlética del estadio Hernando Siles. Todo eso públicamente. Lo que pasó bajó la mesa está por descubrirse.

¿Es en agradecimiento a todo esto que hoy Morales se pone del lado del tirano Maduro que aplasta a sangre y fuego protestas populares contra su régimen a un costo, hasta la primera semana de mayo, de 35 fallecidos y medio millar de heridos? ¿O se trata de la solidaridad ideológica entre socialistas del Siglo XXI? Ummm.

Esa solidaridad automática, muy criticada por líderes opositores, es bastante cuestionable de cara a los intereses bolivianos. La OEA, en 1979 produjo una resolución de apoyo a la reivindicación marítima de Bolivia en su pleito con Chile. Estos días Morales se estrella soezmente contra el organismo regional, cuya mayoría critica severamente a Maduro por la brutal violación de los Derechos Humanos en Venezuela.

La tragedia venezolana podrá acabar en días o meses de una u otra manera, pero quedará la afrenta que ha recibido la OEA y su secretario general, Luis Almagro, de parte de Morales, quien, por abrazarse a un déspota arriesga la causa de la reivindicación marítima boliviana precisamente ante una mayoría de países que en 1979 le dieron su espaldarazo.

Amanecerá y veremos.
*El autor es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.