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sábado, 28 de noviembre de 2015

la Justicia está podrida diría un argentino. denuncias públicas con videos de por medio han conducido a la cárcel a dos jueces y un fiscal. se aplaude tal medida, aunque nadie sabe cuánto durará la detención, como el caso de una exministra que sin duda el lunes saldrá "con arresto domiciliario. Valverde recuerda los casos Urresti, La Calancha, Chaparina, Caranavi, y Terrorismo que sigue siendo un sainete...son muestra de la Injusticia reinante.

De nada sirve la “buena o la cínica voluntad” (tache lo que no corresponda) de las autoridades políticas del país, si estos hechos no son analizados con honestidad y voluntad de cambiar en serio
De a ratos, aparecen denuncias de particulares sobre la corrupción (concusión- exacción hecha por un funcionario en provecho propio) en el Poder Judicial, a falta de acciones del Estado en defensa de la ciudadanía.
Jueces, fiscales y funcionarios de menor rango hacen parte, con abogados inescrupulosos y/o con intermediarios políticos, de un sistema que está destrozando la  institucionalidad y, fundamentalmente, la seguridad jurídica a la que tenemos derecho los ciudadanos.
Estas denuncias que muestran lo mal que estamos en seguridad jurídica y judicial, no son acompañadas por el Poder Ejecutivo como corresponde; hay más “declaraciones y anuncios” del Ministro de Gobierno (ese debiera ser el rol de la Ministra de Justicia) que acciones reales; el funcionario amenaza con convertir las casas judiciales, en espacios controlados electrónicamente, (como si el Poder Político fuera un Gran Hermano) con la ingenua creencia de que alguien va a sentir que no será extorsionado de justicia porque van a haber cámaras en los juzgados.
Así no se genera una cultura de confianza; creo yo que ni siquiera se comienza a solucionar el problema; lo real es que esto va mucho más allá, cuando sabemos, como ciudadanos, que el Sistema de Administración Judicial está tomado por el Poder Político que, pone, saca, cambia, jueces, fiscales, actuarios, secretarias, magistrados, tribunos, etc., para lograr mantener en el limbo jurídico a quienes ese poder ha decidido convertir en causa Político/Judicial.
¿No es acaso lo que ocurre, por ejemplo, con el llamado “Caso Terrorismo” que tiene más de seis años de proceso sin sentencia y sigue el triste sainete (pieza teatral breve de tema jocoso y normalmente de carácter popular) ejerciendo presión a los jueces, mediante los fiscales que actúan como “Comisarios Políticos”? Presionar a los jueces, apoderarse de casos judiciales políticamente, como el de Leopoldo Fernández, con más de siete años sin sentencia, es también la muestra de un sistema judicial coludido (que pacta en daño de un tercero).
Y pudiera seguir con el caso del chico Urresti, La Calancha, Chaparina, Caranavi y otros, pero no hay necesidad, ellos saben dónde presionan, de manera que conocen de lo que se habla o escribe.
De nada sirve la “buena o la cínica voluntad” (tache lo que no corresponda) de las autoridades políticas del país, si estos hechos no son analizados con honestidad y voluntad de cambiar en serio.
El autor es comunicador.