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domingo, 22 de diciembre de 2013

Roberto Navia de El Deber ha podido acumular informes sobre los bienes incautados de Jacob Ostreicher que están en deterioro, arroz (una parte), maquinaria casi 100 vehículos, ganado y otros hoy en manos de una Justicia que no decide ni a favor, ni en contra. trabajadores impagos.

Roberto Navia-rnavia@eldeber.com.bo
Los patos, los pájaros y los ratones son los únicos beneficiados del arroz que permanece acumulado y con telarañas en Los Tucanes, una de las propiedades que el empresario judío-estadounidense Jacob Ostreicher tiene en la zona de San Pablo, frontera con Beni y a 110 km de Guarayos.


El arroz, acumulado en quintales, es solo una parte de los bienes que pasó momentáneamente a manos de la Dirección de Registro, Control y Administración de Bienes Incautados (Dircabi), debido a que a Ostreicher se le inició un proceso por supuesta legitimación de ganancias ilícitas, delito que no se le pudo comprobar en los tres años que lleva la investigación. Ese es el patrimonio que deja en Bolivia el empresario, después que el pasado fin de semana se fue a EEUU, según el Gobierno, de manera ilegal y con apoyo de un equipo de élite, con la supuesta participación y conocimiento de autoridades del país del norte.
En la propiedad El Cruce, que se encuentra a menos de 200 metros de la carretera asfaltada que va a Trinidad, (Beni) se ven las primeras máquinas agrícolas que duermen como si el tiempo se hubiera estacionado. Las cosechadoras y los tractores, las fumigadoras y las orugas, las retroexcavadoras y los camiones están paralizados y oxidándose, golpeados por el sol, la lluvia, el viento y, en algunos casos, según los trabajadores del empresario que ofician como custodios de los bienes, hay equipos que ya están reducidos a chatarra porque la intemperie los está ‘matando’.
Los trabajadores han formado una especie de sindicato y están a la cabeza de Roly Chamo, un hombre moreno, de cuerpo delgado y mecánico agrícola de profesión. “Somos 86 los que laburábamos para el gringo”, dice sentado y bajo un galpón que, en las mejores épocas de trabajo, cuando en la propiedad se producía de sol a sol, era el comedor oficial de la clase trabajadora.
Ahora no hay movimiento en el campo y lo que se ve entre los barbechos son esas máquinas estáticas que no las mueve ni el viento. “Son más de 60 los vehículos”, asegura Chamo.
El abogado de Ostreicher Yimmy Montaño dice que, de acuerdo con el libro contable del empresario, toda la inversión que se destinó para la producción agrícola y pecuaria fue de $us 27 millones, que comprende más de 100 vehículos, propiedades agrícolas y ganado vacuno.
“El deterioro de los bienes materiales es una consecuencia natural por el paso del tiempo. Si dejo un vehículo bajo el sol, es sabido que en dos años se va a arruinar”, advirtió el jurista.

La directora de Dircabi, Iveth Álvarez, explicó a EL DEBER que no se ha realizado un peritaje para saber el monto exacto de los bienes, pero que estima que ronda entre los $us 10 millones y los $us 25 millones, y que lo único cierto que se tiene es que el precio de las 293 cabezas de ganado, contadas en su momento, asciende a $us 125.000.
Sobre la situación en la que se encuentran las máquinas agrícolas, adelantó que se está  buscando monetizarlas, es decir, venderlas, para que no se sigan fregando. Para ello, afirmó que lo que necesita es una orden judicial y que en este momento no existe un informe sobre los daños que pudieran tener algunos de los equipos que se encuentran en las propiedades.

“Para todo ello se tiene que tener una resolución jurídica, es todo un trámite. La prueba de ello es el arroz que no pudimos monetizar”, señala la autoridad y aclara que debe ser un juez competente el que resuelva la confiscación o la devolución de todos los materiales que se anotaron en las oficinas de Dircabi.
Según el registro de Álvarez, son siete el total de las propiedades con una extensión de 15.000 hectáreas, de las cuales 5.000 son cultivables. Además, hay cabezas de ganado, maquinaria y arroz en galpones de la ciudad de Montero. 

Desde hace tres años 600 quintales de arroz incautados a Ostreicher están almacenados en tres ingenios, pero están afectados por  las termitas.
Los trabajadores se han organizado en una especie de sindicato para llevar a cabo un juicio contra Ostreicher y contra otras personas que figuran como socios del empresario, a los que demandan por valor de Bs 4,6 millones por sueldos impagos y otros beneficios laborales.

La mitad de los 86 trabajadores sale cada 15 días a las comunidades cercanas a San Pablo para buscar trabajo en otras haciendas y retorna con el dinero ganado para aportar en la alimentación de todos. Así, los que se quedaron cuidando las tierras de Ostreicher salen a buscar trabajo y los que acaban de retornar se quedan en una constante vigilia, porque temen que los toma tierras que existen en el país, acostumbrados a entrarse a propiedades privadas, intenten hacerlo, como sucedió en dos oportunidades.

Parte del arroz está almacenado en el galpón de Los Tucanes, donde Chamo y otros trabajadores más se encuentran ahora, con las manos llenas del producto que luce oscuro y no blanco y brillante como cuando fue embolsado. Ellos muestran el grano que ya no sirve para el consumo humano ni para la siembra, sino solo como alimento de los patos, de los pájaros y de los ratones que ingresan por debajo de los portones o por las rendijas que existen entre la barda y el amplio techo del tinglado que también está con telarañas 
Lo único que ha aumentado en la hacienda son las vacas Cuando el estadounidense Jacob Ostreicher entró a la cárcel, acusado de legitimación de ganancias ilícitas, había 273 cabezas de ganado, ahora que el empresario está en los EEUU son 319. Es decir, 46 más que antes.
“Ese incremento es gracias a que nosotros hemos invertido de nuestro bolsillo en vacunas y alimento para el ganado”, dijeron los trabajadores, que esperan que esas vaquitas de más, puedan ser dadas al ‘partir’. Eso quiere decir que aguardan que los terneros que nacieron en este último tiempo, la mitad pertenezca a los empleados.
   Trabajadores   
Ángel PuertaTractoristaAUTOSUSTENTOTrabajo en este lugar desde hace tres años. Me gustaría que las autoridades del Gobierno no hagan caso omiso a nuestro pedido, porque somos bolivianos y estamos cuidando la maquinaria. Nosotros hemos trabajado a consciencia todo el tiempo, incluso ahora, porque lo hacemos para el sustento.
Donald Llamo
Operador
En busca de recursosNosotros salimos a trabajar y volvemos cada 15 días. Estamos sorprendidos por esta situación. Ahora que don Jacob se ha ido, creo que se puede movilizar más nuestra demanda. Lo dejamos en manos del Gobierno, pero seguimos con el juicio. La maquinaria se está deteriorando y eso es muy evidente.
Belzabé MolaTrabajaba en la cocinaSe las buscan como puedenTengo siete hijos y vivo con todos ellos y mi esposo. Yo me desempeñaba en la cocina, una labor muy importante porque los trabajadores tienen que alimentarse bien para trabajar en el campo. Ahora todo ha cambiado aquí. Nosotros nos