¿Tienes fe esta vez en los masistas?


Andrés Gómez Vela


Jesús enseñó a Santo Tomás que la fe consiste en creer sin haber visto. El apóstol había demostrado que era un racionalista de fuste cuando desgranó: “ver para creer”. Pero, no le alcanzó porque Dios es causa y consecuencia de la fe. Mas la fe se derrumba ante los mortales, como en el caso de los masistas; primero por su condición humana, y segundo porque ya vimos sus acciones en la justicia. Por eso, interrogo entre la teología y la filosofía: ¿Por qué tener fe en ellos en la preselección de candidatos a magistrados, si ya fundieron la justicia?
Intento buscar respuestas en el otro Santo Tomás, el de Aquino, que en su intención de mantener la convivencia entre filosofía y teología aseveró que la razón y la fe conducen a una verdad. Pero, siento que tendría que arriar las banderas de la razón e izar las de la teología política para creer con el fanatismo que, en la agonía del proceso de cambio, solo tiene un evista.

La realidad no acompaña a los fundamentalistas, han pasado muchos hechos debajo del puente de la injusticia. ¿Cómo creer que nominarán a los mejores para el Tribunal Constitucional, si el Presidente y jefe de los masistas anunció que quiere habilitarse otra vez como candidato, consultando en uno de sus planes, justamente, a los que “elegiremos” de la lista ya “elegida”? ¿Creen ustedes, hombres y mujeres de buena fe, que seleccionarán a los magistrados que mañana, en prueba de su independencia, le dirán: Usted está equivocado, puede violar su palabra, pero NO el voto y la Constitución?

Por mucho que me esfuerzo, hay hechos que me impiden tener fe. Por ejemplo, ¿creen ustedes, personas de buena voluntad, que seleccionarán a los mejores para el Tribunal Supremo de Justicia, si los dos primeros mandatarios fueron sindicados y con pruebas de delitos comunes (falsedad material e ideológica, registro de persona inexistente y tráfico de influencias)? ¿Tienen fe que los masistas nos presentarán una lista de personas honorables, de los cuáles elegirás tú al tribunal que probablemente juzgará mañana a sus líderes?
De verdad, quiero tener fe, pero cuando recuerdo que aniquilaron la Defensoría del Pueblo, nombrando a una persona, que pese a las luces mediáticas que busca sólo demuestra que es funcional al gobierno, se me va la confianza como un ispi entre las manos.
¿Cómo tener fe, si en todo este tiempo le metieron nomás y los abogados se ocuparon de arreglar, cuando una autoridad debe ser un buen ejemplo en el cumplimiento de la ley? ¿Cómo creer en ellos, si ya violaron la Constitución con el objetivo de perpetuarse en el poder y tienen intenciones de volver a violarla?

No creo nada cuando recuerdo que para las elecciones judiciales de 2011 “seleccionaron” a los que quisieron, pese a la advertencia de muchas voces. Paso al bando nihilista, cuando rememoro que los electores rechazamos a sus “elegidos”, mediante el voto, pero igual los posesionaron; y ya vieron cómo nos fue, pero lograron su propósito: el Tribunal Constitucional que seleccionaron habilitó inconstitucionalmente a su candidato.

¿Creen que van a nominar a profesionales excelentes para el Consejo de la Magistratura, sabiendo que esta instancia debe preseleccionar candidatos para las cortes departamentales de justicia y designar jueces incorruptibles independientes, éticos, valientes y capaces de juzgar a los poderosos de hoy? Si seleccionaran a los más idóneos, ¿cómo van a seguir con su persecución judicial a sus adversarios políticos?

Puedo recuperar la fe, si el MAS demuestra su arrepentimiento e intenciones sanas, convocando y conformando un equipo de nueve Notables, uno por departamento, para seleccionar a los candidatos a magistrados. Verdad, la tarea de preselección corresponde a la Asamblea Legislativa, pero puede acordar con aquellos la lista definitiva sobre parámetros establecidos públicamente. No es difícil elegir a las personas con más méritos, sí es turbio nominar a los peores.

Dadas las infinitas pruebas del masismo en materia de injusticia, sí es prudente pensar como el Apóstol Santo Tomás: “ver para creer”. Podemos tener fe en Dios, pero no en el MAS.