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lunes, 19 de junio de 2017

Oscar Ortiz senador no masista pide proceso enérgico en contra de Guillermo Achá hasta hace horas el mandamás en YPFB. es que las irregularidades han sido tales que hay varios detenidos por encubrimiento, conducta antieconómica y por contratos lesivos al interés del Tesoro de la Nación. Ortiz continuará con su noble labor de fiscalizar este caso.

A horas de que el cesado presidente interino de YPFB Guillermo Achá preste declaraciones ante la Fiscalía, el senador opositor Oscar Ortiz, del Movimiento Demócrata Social, pidió procesar al ahora exmandamás de la petrolera estatal por los delitos de encubrimiento, conducta antieconómica y contratos lesivos al Estado.

Ortiz, quien reveló las irregularidades en el proceso de contratación de la firma italiana Drillmec para la provisión de tres equipos de perforación de última tecnología, señaló que como los hasta ahora siete detenidos por el caso fueron imputados por incumplimiento de deberes y uso indebido de influencias, lo que corresponde es que contra Achá se amplíe la acusación con los tres delitos antes mencionados.

Además, el parlamentario de oposición reiteró su pedido de que la Contraloría General del Estado inicie una auditoría especial de todos los contratos por montos mayores que fueron adjudicados y ejecutados durante la gestión de la exautoridad aludida y de sus directos colaboradores, en los últimos tres años.

Al mismo tiempo, la Fiscalía General del Estado debe proceder a ampliar la investigación a todos los contratos realizados por este grupo de personas, opinó Ortiz.

“El señor Achá ha dicho que se va a presentar hoy a declarar. Yo espero que la Fiscalía presente la imputación (en su contra) por el favorecimiento a la empresa para que gane la contratación por estos taladros y por el presunto sobreprecio (de 117 a 178 millones de dólares). Además vamos a requerir todos los contratos que ha adjudicado este mismo equipo de personas, a fin de hacer nuestra propia fiscalización y, en función de lo que encontremos, hacer las denuncias que correspondan”, concluyó el legislador Demócrata.

acertado Penaranda cuando afirma "el problema no es Achá, el problema es Evo" y describe con pluma de oro, adora grandes, obras enormes, proyectos faraónicos o elefantisásicos, "eramos mendigos, ahora tenemos grandes ministerios lujosos y palacios rascacielos. cuando Chávez le dijo "te presto aviones, pero cómprate uno de lujo, te recomiendo éste" y el Falcon en casi 40 millones increíble para un país tan pobre, es que Chávez infló el orgullo de Evo y lo tiene así, inflado.


El problema no es Achá, es Evo


Finalmente cayó Guillermo Achá, expresidente de YPFB. Tras las denuncias divulgadas por los (pocos) medios de comunicación independientes y la fuerte movilización en las redes sociales, Achá perdió el apoyo con que contaba porque no pudo explicar un hecho muy sencillo: por qué autorizó el aumento de $us 60 millones del precio base para la compra de taladros entre la primera licitación y la segunda. Ello es algo anómalo, extraño, difícil de explicar. Y luego la italiana Drillmec, pese a ofrecer el precio más alto, terminó ganando.

Pero el problema no es Achá, es el presidente Evo Morales. Lo es por varias razones, la más importante de ellas por la forma que tiene el presidente de manejar el Estado. Evo adora los grandes contratos, las obras enormes, los proyectos elefantiásicos. Cree que, con ellos, el país mejora. Lo demostró al inaugurar el nuevo palacio del Ministerio de Economía cuando dijo más o menos lo siguiente: “Antes éramos un Estado mendigo, ahora tenemos grandes ministerios”. El presidente cree que el hecho de construir edificios lujosos para los jerarcas del Gobierno mejora la economía. Pues no. Tener ministerios lujosos (o palacios de Gobierno de 28 pisos) solo demuestra una errada manera de decidir en qué invertir y en qué no (además de su escaso respeto por el entorno urbano).

Al expresar su desenfreno por los grandes contratos, Morales les da una señal a sus dependientes: “Gasten sin control porque eso es bueno para mi Gobierno”. Con cada contrato millonario nuevo, Morales se va tranquilo a dormir. Aunque esos contratos sean innecesarios, mal concebidos y plagados de dudas de sobreprecios. Achá reúne las características necesarias para ser exactamente aquel empleado que sabe aprovechar las circunstancias. 

La otra razón por la que Morales es más culpable que Achá es la razón que dio al explicar por qué se dio este último hecho (aparte de acusar a los medios por ello). Dijo: “Con el vicepresidente a veces nos olvidamos de algunos compromisos, son miles de proyectos y millones de inversión”. Justamente, Morales cree que él y el vicepresidente, cuales superhombres, tienen que revisar esos contratos, mirar todo, controlar el detalle. Esto refleja su visión centralista del poder y su carácter autoritario. Y su escasa modestia. ¿Juega fútbol a toda hora y luego quiere controlar miles de contratos?

Si el presidente no creyera que el Estado debe ser manejado como su chacra, sino orientado por sistemas de control y transparencia administrativa, además de una justicia independiente, estas cosas no pasarían, o pasarían menos.