Ocho años después

EL DEBER |

La madrugada del 16 de abril de 2009, un comando policial asaltó el hotel Las Américas y desarticuló lo que el Gobierno asegura era una banda terrorista. Ocho años después de aquel fatídico hecho, en el que fueron asesinados tres extranjeros, entre ellos Eduardo Rózsa, la verdad ni la justicia han llegado para esclarecer uno de los casos más oscuros de la historia política boliviana. El Ejecutivo asegura que se  trataba de una banda criminal con afanes separatistas y golpistas con supuestos vínculos con líderes opositores locales, muchos de los cuales fueron detenidos o tuvieron que salir autoexiliados ante la arremetida de un proceso judicial plagado de irregularidades. Es más, el Gobierno señaló que los presuntos mercenarios pretendían un magnicidio del propio Evo Morales.

En el asalto murieron Eduardo Rózsa, el músico Árpád Magyarosi y el irlandés Michael Dwyer, según el Gobierno en un cruce armado con la Policía de élite que participó del operativo. Por el caso Dwyer, los familiares lograron que las autoridades irlandesas reclamen un juicio independiente para dar con los responsables de su muerte. El sobreviviente Elöd Tóásó dijo que Dwyer sobrevivió y después fue ejecutado. El mal llamado ‘caso terrorismo’ sirvió, de hecho, para que el oficialismo termine de desarticular a los sectores opositores más acérrimos al actual proceso político encabezado por el presidente Evo Morales desde 2006. 

El proceso judicial no ha logrado demostrar fehacientemente que el grupo comandado por Rózsa haya tenido afanes terroristas o separatistas y los familiares de las víctimas y los detenidos reclaman un proceso independiente que brinde luces y justicia. Hoy el juicio por este luctuoso hecho se ha dilatado hasta el colmo menos imaginable. Jueces recusados, fiscales apartados del caso, detenidos confesos que se desdicen y más fichas que faltan en este complejo rompecabezas.

El caso Rózsa abrió profundas heridas en Bolivia, especialmente, por las sospechas, sobre todo de los acusados, de que hubo una manipulación para construir artificialmente un evento con fines políticos. Teniendo en cuenta la falta de independencia de la justicia boliviana, cabe considerar el reclamo de los familiares de Dwyer para que se lleve a cabo una investigación con participación de organismos internacionales con el fin de saber si se desarticuló o no una organización terrorista y si no se cometieron graves violaciones a los derechos humanos durante aquel operativo policial de estremecedor recuerdo.