Los taladros de oro      

No recuerdo haber hablado alguna vez de taladros y perforaciones con mi corresponsal en el Palacio Real de la Plaza Murillo por ser un profano en materia petrolera al igual que mi comadre cochabambina por lo que no valió nada el aconsejarle no mencionara ese tema esotérico ante nuestro Presidente Vitalicio porque él tampoco es técnico en asuntos petroleros aunque sus llunkus le atribuyen la nacionalización del gas y del petróleo boliviano que sigue bajo la dirección técnica de compañías foráneas.

Ante el revuelo que se ha armado por segunda vez a causa de irregularidades en el manejo de la oficina estatal de YPFB no me quedó otra cosa que decirle a mi discípula periodística: esto parece ser un yacimiento permanente de escándalos financieros que casi me impulsa a manifestar que si quieres desprenderte de algún colaborador importante ofrécele como anzuelo dirigir el sector más estratégico de nuestra economía, pues conmueve saber que puedes volverte rico adquiriendo tres taladros que deben ser demasiado valiosos para inquietar a toda la opinión pública, lo cual no sucede con otros rubros de la economía.

Sin embargo este malhadado asunto me impulsó a soplar en la oreja del Presidente Vitalicio la malvada idea de ofrecer la Presidencia de YPFB a cualquier ciudadano hábil, cuya experiencia técnica no vaya más allá de haber trabajado en una estación de distribución de gasolina donde lo único que se necesita es saber manejar bien una manguera que vierta la gasolina en los vehículos que lo precisan. Sin embargo me encantaría tentar con este cargo al Ministro de Economía y Finanzas que ha estudiado en Londres en London School of Economics, asegurando de esta manera el arribar a la solución de los pendientes y angustiosos problemas salariales.

 La cochabambina nacida en Quillacollo me dijo que tenía el “tincazo” de que una diabólica maldición pesaba sobre los afortunados y desafortunados hombres del MAS que llegan al máximo cargo de YPFB pues conviene recordar a nuestros lectores que el primer Presidente de YPFB fue a dar con sus huesos a la cárcel porque no pudo aguantarse de meter las manos en la lata de Yacimientos aunque a la fecha ya anda suelto y no será raro que en vista de la eficiente labor cumplida sea convocado a conducir nuevamente esa mina de oro negro que es la entidad maldita para unos y bendita para otros.

Después de esta conversación política y técnica con Macacha hicimos votos para lograr del cielo una manejo más honesto de la entidad petrolera, prometiéndome ella que este buen deseo será trasmitido al Presidente Vitalicio del Estado que ha retomado su actividad de orador estrenando su voz aún bastante “chaja”.