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jueves, 8 de diciembre de 2016

Alvaro Puente desde El Deber "LaMia otra cara conocida" no puede entender que por mil dólares hubiesen cometido el peor crimen de lesa humanidad. los aceptaron y legalizaron en Bolivia, porque para La Mia fue una pichanga y el ministro parecía ocultar algo? Quién es el poderoso padrino? se pregunta Puente, Evo dijo "no conozco y lluvia de fotos y video mostraron que Evo de nuevo, estaba mintiendo. es esta la honradez que nos habían jurado?

Creo que nunca supe de una catástrofe aérea por corrupción. Por ganar mil dólares arriesgaron vidas hasta el absurdo. Por ganar una miseria más, mataron a un ejército de deportistas y de bellas personas. Hemos sabido de criminales fanáticos. Hemos sabido de alguno loco. Hemos sabido de percances impensados. Nunca de una estafa de ese calibre. Si el piloto hubiera confesado que no tenía gasolina, habría salvado su vida y las vidas que le habían encomendado, pero mintieron todo y hasta el último minuto.

El ministro de Gobierno dio la noticia. Contó que un avión boliviano se había estrellado. Dio detalles macabros. Lo curioso fue la llamativa insistencia ministerial en dejar claro que la empresa tenía todos los permisos y registros en regla. Se notaba que quería alejarnos de buscar el problema en esos parajes. Luego llegó la información completa. Un dudoso personaje y su escondido y más misterioso mandante crearon una empresa en Venezuela. Tan dudoso, tan poco claro, que en ninguna parte los aceptaron. ¡Qué coincidencia! En Bolivia les abrieron las puertas que no les abrieron en ninguna parte. Los aceptaron y los legalizaron de pies a cabeza. Raro, porque sabemos los calvarios que viven nuestras líneas aéreas ‘originarias’. Aquí escogieron unos palos blancos que los esperaban hasta con un pariente incrustado en la oficina de licencias de aviación. ¿Por qué para LaMia todo fue pichanga? ¿Por qué el ministro parecía esconder algo?

El vuelo fatídico tenía la misma legalidad. Partiendo de Santa Cruz, las autoridades firmaron que salió de Cobija. Les exigieron que tuvieran margen de combustible. Ellos dijeron que como lo había dicho el ‘capi’ saldrían con lo justo. Les exigieron que repostaran. También en vano. El mensajero de estos trámites daba por hecho que nadie se atrevería a contradecir a su jefe, y así fue. Acabaron saliendo como había decidido la omnipotente y misteriosa empresa. ¿Quién es el poderoso padrino?

La guinda fue la declaración presidencial. No conoce la existencia de esa línea aérea. Hemos visto decenas de fotos suyas y de su infaltable comitiva en un vuelo-fiesta. Podía haber sido la inauguración. Quizás, la presentación en sociedad de la fantasmal empresa. A lo mejor, un vuelo de gratitud por las facilidades concedidas. Como fuera, ahí estaba el presidente, feliz, en la línea aérea desconocida.

¿Esta es la corrección y la honradez que nos habían jurado?