Ferrocarril sin rieles


Humberto Vacaflor Ganam


La empresa Bulo Bulo compró vagones de ferrocarril para llevar a la frontera la urea que se  producirá desde el próximo mes, a un ritmo de 2.100 toneladas por día.

Los vagones están listos para la entrega pero hay un problema: no existe el ferrocarril por el que tendrían que transitar. Los rieles no han sido tendidos, y es probable que eso ocurra dentro de dos o tres años.
Pero los vagones están listos y pagados. Serán llevados por la empresa constructora en grandes camiones hasta esa zona del Chapare, donde deberán esperar a que el ferrocarril cuente con rieles.

En un espacio muy grande habilitado para el efecto junto a la planta de urea y amoniaco se acomodaran también los contenedores encargados para el mismo efecto que deberán esperar a que exista la carretera por donde puedan transitar los camiones que lleven la carga.

La espera podría ser más larga de lo que se temía, pues ahora existe la posibilidad de que la planta se quede sin el suministro de gas natural comprometido por YPFB, debido a que ha surgido la urgencia de exportar todo el gas con que cuenta el país.

Bulo Bulo, que costó hasta ahora más de 800 millones de dólares, estará por algunos meses sin gas natural y deberá aplazar sus operaciones seguramente hasta la primavera. Cuando le haya llegado el gas, la planta estará ante otro problema: la falta de una carretera y de una ferrovía.

Hay otra inversión millonaria que estará en problemas en estos días. La planta separador a de Yacuiba, de nombre Carlos Villegas, deberá interrumpir sus operaciones porque es necesario garantizar que a Argentina llegue un gas rico, es decir con líquidos.

Si Bolivia no enviara ese tipo de gas, Argentina tendría la opción de comprar gas natural licuado (GNL), de ese que llega en buques desde ultramar y que ahora cuesta igual o menos que el boliviano. Un dato de Siglo 21 dice que el GNL que compraron Brasil, Argentina y Chile el año pasado costó solamente entre 4,39 y 4,47 dólares el millón de BTU, un poquito más que el gas boliviano, pero con tendencia a bajar.

¿Alguien pagará por estos errores? ¿La justicia boliviana encontrará a los culpables y los sancionará? ¿O ha sido desarmada a propósito?