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viernes, 30 de noviembre de 2012

Fides considera que el caso de extorsión-corrupción se está convirtiendo en ena especie de novela negra, por lo que ha optado por titular así. Capítulo I. "La Colombiana"


Mientras más se indaga en torno al caso de Jacob Ostreicher, más se parece esto al relato de una novela negra, lo que en 2008 se inició como un próspero negocio agrícola, que contaba con una millonaria inversión extranjera, en unos pocos años se convirtió en una historia con personajes dedicados al narcotráfico, la estafa, la extorsión, el tráfico de influencias e incluso de amenazas de asesinato.

Uno de los personajes de esta historia es Claudia Liliana Rodríguez, que fue administradora del negocio agrícola de Jacob Ostreicher en Bolivia desde 2008 hasta inicios de 2011, cuando fue acusada de haber estafado dos millones de dólares al empresario norteamericano y poco después arrestada por su relación con el narco brasileño, Maximiliano Dorado.

Una prometedora estudiante

Según señala el informe que el agente del FBI, Stepher Moore, hizo sobre el caso Ostreicher, Claudia Liliana Rodríguez Espitia , de nacionalidad colombiana, fue una estudiante de derecho en Suiza, que aseguraba tener buena posición económica y ser hija de una reconocida juez en su país, el documento investigativo asegura y cuando vivía en Ginebra ella llegaba todos los días a la Universidad en un vehículo con chófer.

Rodríguez terminó trabajando con André Zolty, abogado suizo que terminó contactando a Jacob Ostreicher para que juntos realizaran una millonaria inversión en Bolivia, que consistía en el cultivo de arroz en el departamento de Santa Cruz y la cría de ganado de alta pureza y mejorado genéticamente.

La llegada a Bolivia y el negocio del arroz


Según el agente Moore “no está claro si la idea para el cultivo de arroz en Bolivia se originó con Zolty o Rodríguez, pero en última instancia, Zolty reunió a un grupo de inversionistas y contrató a Rodríguez para ir a Bolivia y gestionar el esfuerzo debido a su competencia general, su familiaridad con la cultura y la capacidad de hablar el idioma”.

Entonces Rodríguez llegó a Bolivia con el poder necesario para comprar tierras, la maquinaria necesaria y contratar trabajadores, convirtiéndose en la administradora del negocio en el que se invertirían 27 millones de dólares.

Todos los dineros enviados a Rodríguez estaban conectados a través del Banco UBS de Suiza y se procesaron a través del Banco Central de Bolivia a fin de que el dinero, la documentación y los procedimientos sean legítimos y estén fuera de toda sospecha.

La defensa legal de Jacob Ostreicher ha insistido que existen archivos en el propio BCB que apoyan la legitimidad de estas transferencias. Aproximadamente $ 20 millones de dólares se adelantaron a Rodríguez en los años iniciales de la empresa.

Claudia Rodríguez compró los terrenos en la zona de Guarayos, contrató 500 trabajadores y logró conformar dos empresas: Lagro y Agrocol, además convenció a los inversores que todo esté a su nombre para acelerar los trámites en el país, ella se había comprometido a que todos los activos que funcionaran en el negocio pertenecerían a Ostreicher y Zolty.

La estafa


Todo parecía marchar bien, hasta que Ostreicher empezó a sospechar: “después de un año y medio yo empecé a darme cuenta de que Liliana Rodríguez nos estaba robando dinero”, dijo el ciudadano norteamericano desde su cama de Hospital en entrevista con el diario El Deber.

Según la investigación del agente del FBI, Ostreicher se percató que Rodríguez ni siquiera había pagado la totalidad de  la maquinaria que trabajaba en la región, al igual que los trabajadores que estaban impagos, la gran mayoría del dinero había desaparecido y si bien había producción de arroz, era en menor cantidad al planeado por los inversores.

En este momento de la historia ingresa otro personaje, que a la larga significaría el motivo por el cual inversionista y administradora terminaron tras las rejas: Maximiliano Dorado.

Rodríguez había comprado los terrenos a lado de una pequeña propiedad que pertenecía a  Maximiliano Dorado Muñoz Filho, sobre quien pesaban en el Brasil sentencias de entre 7 y 15 años de cárcel por el asesinato de dos policías federales, formación de cuadrillas del narcotráfico y lavado de dinero.

Antes de que Ostreicher se percate de las irregularidades, fue convencido por Rodríguez para comprar el terreno vecino de Dorado, había asegurado que se podía adquirir por un buen precio, lo que no sabía el inversor es que esos terrenos ya eran investigados por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen por presunto lavado de dinero.

A las puertas del infierno 

Cuando Ostreicher descubre que le estaban robando el dinero decide disolver las empresas creadas por Rodríguez y conforma COLIAGRO, entonces la denuncia por la estafa de dos millones de dólares y junto a André Zolty ofrece una recompensa de 25 mil dólares por su captura.

Se conoce en ese entonces que Rodríguez había estafado a varias empresas, incluso del Brasil, mediante el negocio del arroz y que era propietaria de un departamento en Argentina y dos vagonetas de lujo.

Con el propósito de recuperar su dinero y capturar a Rodríguez, Ostreicher empieza a colaborar con la justicia boliviana, se entera entonces, a través de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, que las tierras que compró pertenecían a un reconocido narcotraficante, y caen sobre él las sospechas sobre lavado de dinero.

Según presumen investigadores de la Fiscalía de Distrito de Santa Cruz es en este punto que los funcionarios del Ministerio de Gobierno le prestan atención al caso de Ostreicher y ven en él la posibilidad de lograr un buen “negocio”, incautar sus bienes, venderlos y repartirse el dinero.

A finales del año 2010 cae Maximiliado Dorado y poco después, gracias a la colaboración de Ostreicher, es arrestada también Claudia Liliana Rodríguez, a quien se vincula sentimentalmente con el narco. Los fiscales del caso agradecen al norteamericano su ayuda y le aseguran que podrá retomar sus negocios. Cuando pensó que todo terminaba, comenzó su infierno.

En junio de 2011, Jacob Ostreicher es detenido y acusado de haber participado junto a Dorado y Rodríguez de un millonario negocio de lavado de dinero ligado al narcotráfico, a pesar que cuenta su versión de los hechos y reitera que el siempre colaboró por la Policía es enviado a la cárcel de Palmasola. Otros delincuentes, esta vez extorsionadores y corruptos, entran en escena.

Las tres cárceles


Claudia Liliana Rodríguez fue trasladada de la cárcel de Santa Cruz a La Paz en junio de 2011, según su abogado Flavio Jofré la quisieron extorsionar pidiéndole 30 mil dólares para que se quede en la capital cruceña.

El 16 de noviembre de este año, y a pesar de su estado delicado de salud, sufre de una aguda depresión y desnutrición, Rodríguez fue trasladada de La Paz al penal de San Roque en Sucre, donde hoy espera juicio y exige libertad.

Rodríguez insiste en su inocencia, asegura que nunca estafó a nadie y negó cualquier vínculo con Dorado o el narcotráfico. Además de ser acusada por lavado de dinero, pesa en su contra la denuncia por estafa que le entablaron Ostreicher y Zolty.

La conclusión del investigador


“En la opinión de este investigador, el comportamiento y las acciones de Rodríguez tienen consonancia con el modus operandi de un autor experimentado de fraude. En grandes esquemas fraudulentos, una parte del dinero recibido se utiliza para llevar a cabo el negocio como prometido con el fin de reducir las sospechas y garantizar que los fondos adicionales se reciben de los inversores. Mientras tanto, la gran mayoría del dinero es tomado por el individuo (s) perpetrar el fraude. Hay indicios de que (André) Zolty no llevó a cabo una investigación completa sobre los antecedentes de Rodríguez antes de confiarle con el proyecto”. (Stephen Moore, agente especial del FBI).

CHRISTOPHER ANDRÉ/GRUPO FIDES

en esta "galería de corruptos" no podía faltar Isabelino Gómez ex-fiscal de Distrito en SC y "marioneta de Fernando Rivera" era el instrumento para meter miedo a los jueces y manejarlos a su agrado. merece la cárcel sin perdón. ha causado muchísimo daño


La vida te da sorpresas, expresa una conocida frase que ahora a raíz de la desarticulación de la presunta red de extorsión y corrupción que operaba en el Ministerio de Gobierno, ha puesto a los acusadores en acusados.
Uno de ellos es el propio ex fiscal de Distrito, Isabelino Gómez, quien ayer, en la audiencia cautelar de cuatro implicados fue sindicado por el abogado Jerjes Justiniano, defensor del norteamericano Jacob Ostreicher, de haber presionado al juez Zenón Rodríguez para que revoque una orden de libertad en contra de su patrocinado.


Isabelino corrupto


"Si no cambia su fallo, el Ministerio Público va a tener que devolver 24 millones de dólares, o lo cambia, o se va preso", le dijo Isabelino Gómez en una llamada de teléfono que le hizo el 28 de septiembre del 2011 cerca del mediodía, según contó Justiniano públicamente.
Poco después Rodríguez tuvo que  desestimar la orden de libertad de Ostreicher porque además le abrieron un juicio, el mismo que después fue archivado luego de obedecer al fiscal Gómez.
Las revelaciones surgen en el marco de las investigaciones sobre la presunta red que operaba con los abogados José Manuel Antezana del ministerio de la Presidencia y Fernando Rivera del ministerio de Gobierno.

En el banquillo. Por esa razón Isabelino Gómez es otro a los que ha salpicado el caso. Ayer se presentó a las 15:00 a declarar a sus antiguas oficinas de la que fue jefe desde el 2012 hasta el 2012, "en calidad de testigo", según aclaró en dos contactos con la prensa en los que se abstuvo de hablar sobre las acusaciones de presionar al juez Zenón Rodríguez.
"Soy inocente, yo inicié esta investigación de oficio", dijo. Pero el abogado Justiniano mostró documentos del proceso que le abrieron al juez Rodríguez y del desistimiento cuando cumplió lo que le pidieron.
La declaración de Gómez se suspendió hasta las 18:00 de hoy porque los fiscales estaban en la audiencia cautelar.
Poco después Justiniano relató que le ofrecieron un indulto presidencial a Ostreicher para que se vaya del país y se olvide de sus bienes, previo pago de $us 50 mil.
Ayer también se presentó a declarar Abraham Quiroga, exrepresentante en Santa Cruz del Ministerio de Gobierno, pero su declaración igual se postergó.

Arroceros revelan todo. También en la Fiscalía declaró Mario Soleto Bañón, quien ratificó haber depositado $us 10 mil en la cuenta bancaria de José Antezana Pinaya, como parte del pago por la venta del arroz decomisado a Ostreicher
Su abogada defensora, Blanca Mercado, dijo que éste hizo el pago en forma inocente pensando que todo era legal y en el Banco Mercantil Santa Cruz demoraron cuatro meses en decirle a nombre de quién estaba la cuenta.
También llegaron hasta la Fiscalía cruceña los representantes de las arroceras El Naranjal, Renacer, San Jorge y Oriental, asentadas en Montero, quienes recibieron alrededor de 20 toneladas de ese producto entregado por Ostreicher para envasarlo, pero luego cuando fue incautado recibieron órdenes de venderlo y pagar el dinero a esa cuenta.
La abogada Mercado dijo que sus clientes ya fueron cautelados hace seis meses y que al demostrar su inocencia fueron puestos en libertad.