¿Se está descomponiendo nuestro Estado Plurinacional?

Se ha sabido que hace tres semanas dos concejalas del municipio de Tapacarí (Cochabamba) fueron víctimas de atropellos inconcebibles por parte del presidente del Concejo, de nombre Ignacio Mendoza, y por el Alcalde, de nombre Severino Vargas (todos ellos del MAS). Las concejalas eran Erenia Villca y Elisabeth Ureña, que fueron con las mencionadas autoridades a Sicaya, donde comieron y celebraron toda la tarde.

Lo grave fue que a las 10 de la noche, cuando partieron de vuelta en un vehículo municipal, junto con Ignacio Mendoza (más el chofer y la funcionaria Eugenia Romero), seguidos por el vehículo del Alcalde, Mendoza empezó a acosar a doña Erenia hasta el extremo de que ella pidió bajarse en Parotani, pero Mendoza ordenó al chofer cerrar las puertas. Al llegar al río Apharumani, el vehículo paró y Mendoza empezó a agredir a doña Erenia, a puñetes, y rodillazos, e intentó violarla (mientras a la concejala Elisabeth la amedrentaban para que no la defendiera).  Cuando doña Erenia logró escapar del auto, el presidente del Concejo ordenó a Eugenia Romero que la agarrara, cosa que dicha trabajadora de la limpieza (y aparentemente novia de Mendoza) se vio obligada a cumplir (a golpes).

 En eso llegó al Alcalde, absolutamente borracho, y en lugar de frenar la agresión, arengó a los violadores hasta el extremo de gritar: "¡Por qué no las han violado a estas putas arrechas!”, mientras se moría de risa. Luego subieron a Doña Erenia al vehículo, para luego tirar a las dos mujeres a la carretera, como si fueran bultos… Afortunadamente fueron rescatadas al día siguiente por el médico del municipio.

 Doña Erenia tuvo que hospitalizarse, con graves lesiones corporales, y presentó una querella contra sus agresores. ¿Y qué ha pasado? Que a Ignacio Mendoza se lo ha suspendido de sus funciones "mientras se investiga la denuncia”, y parece que nada más. Al Alcalde, cómplice e instigador, nadie le ha dicho nada, mientras a la víctima principal la han amenazado para que se calle (estando hospitalizada).

 La vicecoordinadora de la CAOI (Coordinadora Andina de Naciones Indígenas), Toribia Lero, informó que "la denuncia fue presentada el 8 de mayo ante la FELCV de Quillacollo, pero a la fecha la Fiscalía no ha abierto la causa”. Cierto que la asambleísta departamental de Cochabamba  Lineth Villarroel  lamentó que a 11 días del hecho "el Ministerio Público no haya tomado acción y los agresores continúen ejerciendo sus funciones impunemente”, y anunció que en coordinación con las organizaciones de mujeres vigilarán que se sancione a los responsables.

Cierto también que el responsable político de la dirección nacional del MAS ha condenado la ineficiencia de las autoridades (que se ríen de la Ley 348); y que la Asociación de Concejalas de Bolivia (Acobol) emitió un pronunciamiento en el mismo sentido. Pero eso no disminuye la negligencia de la justicia (ni la impasibilidad de muchas otras autoridades, del Gobierno y del MAS).

Por lo visto, según reportes del Ministerio de Justicia  a fines de 2016, este hecho se suma a las más de 270 causas por acoso y violencia política hacia mujeres en ejercicio de la función pública, que están en proceso en todo el país. Pero en la práctica no pasa nada (con lo que, de paso, queda claro que no se arregla nada con imponer penas mayores, ni cadena perpetua, ni pena capital)…

¿Qué pasa, compañeros del MAS y del Gobierno? ¿Cómo es posible que a semejantes sujetos —alcohólicos y machistas— se los haya puesto de candidatos al gobierno municipal de Tapacarí?
¿Cómo es posible que se permita la pervivencia del peor de los patriarcados en mitad de este proceso que quería ser de cambio? ¿No les preocupa el hecho de que cada vez más dirigentes indígenas que se incorporan al aparato del Estado pierden toda identidad cultural y se comportan como execrables asociales?

 ¿Cómo se entiende que la preocupación fundamental de un Gobierno fuerte y legítimo como éste se concentre en acabar con los opositores, en lugar de preocuparse por acabar con los que están destruyendo el proceso de cambio desde adentro? ¿No les preocupa esta creciente descomposición de nuestro Estado Plurinacional? ¿O cómo explican estos hechos?

Rafael Puente es miembro del  Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba.