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miércoles, 15 de agosto de 2012

nuevo elemento de sospecha enturbia la construcción de plantas para úrea y amoníaco en Carrasco de Cochabamba. no hay estudio de mercado, según los expertos "el mercado" no está garantizado.


La ubicación y la falta de un plan de mercadeo podrían restar viabilidad a las plantas de  fertilizantes (urea y amoniaco) que serán construidas en Carrasco, dijeron los analistas Bernardo Prado y Álvaro Ríos, quienes cuestionan que el Gobierno no haya presentado un estudio sobre el tema.
El lunes, el presidente de YPFB, Carlos Villegas, declaró que hay negociaciones “muy adelantadas” con Argentina y Brasil, dos potenciales mercados para los fertilizantes.
Bulo-Bulo en imagen de LTD y su texto
Según Villegas, el Estado logró avances significativos en las negociaciones con Brasil y Argentina para exportar a esos países el fertilizante que producirá la planta, ubicada en Bulo Bulo, provincia Carrasco del departamento de Cochabamba, a partir de mediados de 2015.
“(…) Tienen un plan agrícola de producción y de ampliación de frontera agrícola, ésta es una demanda y una producción que se va a canalizar allá”, dijo Villegas en conferencia de prensa.
También señaló que el Gobierno espera que el mercado interno de fertilizantes demande entre 10 y 20 por ciento de la producción mensual.
La urea es un fertilizante nitrogenado que tiene como materia prima el gas natural que, primero, pasa por un proceso químico para obtener amoniaco y después por otro proceso químico para lograr urea.
Villegas explicó que con la venta del fertilizante se prevé obtener 340 millones de dólares de rentabilidad anual.
Sin embargo, según Prado, no existe certeza de que los mercados de Brasil y Argentina estén garantizados para una producción excedente de 500 mil toneladas, que es lo que se pretende producir y resalta que YPFB no dio a conocer ningún estudio de mercado al respecto.
“Un proyecto donde están en juego más de 850 millones de dólares, no puede limitarse a una simple declaración en sentido de que los mercados están garantizados”, sostuvo.
Además observó que la planta se hubiera construido en Cochabamba, el centro del país, una región alejada de las fronteras y sobre todo de los mercados a los que se pretende llegar. En este punto señaló que YPFB tampoco presentó ninguna logística de transporte.
Por su parte, Ríos, coincidió con Prado al cuestionar la ubicación del proyecto en Carrasco y advirtió que transportar por tierra el 80 por ciento de la producción de fertilizantes al mercado brasileño, por ejemplo, “es altamente complicado en costos de transporte y logística”.
“Creo que la ubicación de la planta en Carrasco es más una ubicación política que técnica, óptima y económica”, sostuvo.
Ambos expertos coincidieron en demandar de YPFB mayor transparencia, para constatar que el proyecto es viable técnica y económicamente.
Al respecto, el experto en industrialización de hidrocarburos y exgerente de industrialización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Saúl Escalera, explicó que el proyecto fue ubicado en Carrasco aprovechando la disponibilidad de gas natural en esa zona, donde es rico en etano y metano, además porque no está comprometido con la exportación a Brasil o Argentina.
SEGÚN EL EXGERENTE DE INDUSTRIALIZACIÓN DE YPFB

Faltan 3 plantas para completar complejo

El complejo petroquímico de Carrasco comprende no solamente la construcción de las plantas de fertilizantes (urea y amoniaco), recientemente adjudicadas a una empresa coreana, sino también la instalación de una planta de fertilizantes NPK, otra de aminas y una fábrica de explosivos, señaló ayer el experto en industrialización de hidrocarburos y exgerente de industrialización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Saúl Escalera.
Escalera, quien fue parte del proyecto concebido hace cinco años por un grupo de profesionales de YPFB, afirmó que si el Gobierno pretende cerrar exitosamente el círculo de la industrialización de hidrocarburos en Carrasco, debe licitar y adjudicar la construcción de las otras tres plantas.
Añadió que ya cuentan con los estudios de factibilidad, que además son de conocimiento del presidente de YPFB, Carlos Villegas.
Escalera explicó que la planta de fertilizantes de Nitrógeno, Fósforo y Potasio (NPK) cubrirá todos los requerimientos de los productores de frutas, tubérculos y legumbres, asentados en los valles cochabambino; que la fábrica de explosivos suplirá todo el nitrato de amonio que importa la Fábrica Nacional de Explosivos (Fanexa) para la fabricación de dinamita y que la planta de aminas producirá colectores o reactivos para concentrar hierro.
Escalera, tras insistir en que el Gobierno debe licitar las otras tres plantas contempladas en el proyecto, recordó que para la construcción del total del complejo petroquímico de Carrasco se tenía prevista una inversión aproximada 1.500 millones de dólares.
Por su parte, el domingo pasado, el presidente Evo Morales dijo que el Gobierno tenía destinados 1.100 millones de dólares para las plantas de urea y amoniaco, que con la adjudicación a Samsung costarán unos 850 millones de dólares.
RENTABILIDAD
Tras anunciar la adjudicación de las plantas de fertilizantes (urea y amoniaco) de Carrasco, la información oficial señalaba que la rentabilidad del proyecto era alta y que la inversión sería recuperada en aproximadamente tres años.
Sin embargo, basado en estudios, el exgerente de industrialización de YPFB, Saúl Escalera, dijo que el valor de las plantas de fertilizantes podría recuperarse en un plazo de entre cinco y ocho años.

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